Preocupación en Wall Street por posible cierre del gobierno

El gobierno de Donald Trump tiene hasta la medianoche de este martes para evitar un shutdown o parálisis en la administración nacional de Estados Unidos. Este impasse se debe al estancamiento en el debate presupuestario que lleva a cabo el Congreso. Entre los analistas, hay creciente preocupación sobre el impacto que un cierre temporal podría tener en la economía estadounidense y, por ende, en la política monetaria de la Reserva Federal (Fed).

El líder republicano en el Senado, John Thune, no perdió la oportunidad para señalar a la oposición, acusándola de querer llevar al país a un shutdown por motivos políticos. “El cierre es responsabilidad de los demócratas. La pelota está en su cancha”, declaró este domingo. Recordó que la Cámara de Representantes ya había aprobado un proyecto para extender la financiación por siete semanas y urgió al Senado a actuar rápido.

Por otro lado, el jefe de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, aseveró que la responsabilidad cae sobre el oficialismo, argumentando que no hay voluntad de negociar. “Dios no quiera que los republicanos cierren el gobierno. El pueblo estadounidense sabrá que es su responsabilidad”. Además, subrayó que su partido no apoyará una extensión a fondo sin condiciones, enfatizando que la gente necesita ayuda en el ámbito de la salud.

En las últimas semanas, el Congreso de EE.UU. no logró consensuar una ley presupuestaria para financiar al gobierno justo cuando el nuevo año fiscal está a punto de empezar, el 1 de octubre. Como resultado, el país enfrenta una alta probabilidades de un cierre parcial, ya que solo quedan dos días para llegar a un acuerdo y tener un presupuesto que permita operar con normalidad.

El analista de Pepperstone, Felipe Barragán, mencionó que hay un 60% de posibilidades de que se produzca el shutdown. Sin embargo, recordó que en ocasiones pasadas, como en 2023, se logró un acuerdo de última hora que evitó la paralización del gobierno.

Negociación contra reloj

En este clima tenso, Trump convocó a los líderes de ambos partidos a la Casa Blanca este lunes en un intento de destrabar las negociaciones. A la mesa se sentarán además de Thune y Schumer, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el líder demócrata en Diputados, Hakeem Jeffries.

Según informes, Trump había cancelado la semana pasada un encuentro con Schumer y Jeffries tras considerar las demandas demócratas como poco realistas. La decisión fue tomada después de haber hablado con Johnson y Thune, quienes le sugirieron no seguir adelante con un acuerdo. A pesar de esto, todos se reunirán para intentar encontrar una solución.

¿Cómo funciona un “shutdown”?

Barragán explicó que en un shutdown, los gastos discrecionales se congelan y aquellas agencias que no cuenten con financiación deben suspender sus operaciones no esenciales. Esto podría llevar al cese temporal de funciones de aproximadamente 900.000 empleados y atrasos en el pago de salarios a trabajadores federales hasta que se restablezca la financiación. Además, es posible que se retrasen publicaciones de cifras macroeconómicas, creando incertidumbre en los mercados.

Sin embargo, el impacto sobre el pago de intereses de la deuda y de los beneficios de la seguridad social sería mínimo, ya que estos no se verían afectados. Desde PPI advirtieron que este cierre podría ser diferente a los anteriores. La Casa Blanca y la Oficina de Administración y Presupuesto anticiparon un enfoque más agresivo, recortando personal en programas que no estén alineados con las prioridades de Trump. Vale recordar que el presidente ya enfrentó un shutdown en su primer mandato, que duró nada menos que 35 días, el más extenso de la historia.

El impacto económico: ¿afecta a la Fed?

Desde Eco Go plantearon que la falta de acuerdo presupuestario podría resultar en despidos masivos y afectar la actividad económica, estimando que cada semana de shutdown podría restar 0,1 puntos porcentuales al PIB. Barragán aclaró que los efectos dependen de la duración, y varios analistas anticipan una caída cercana a 0,15 puntos porcentuales en el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre de 2025, que debería recuperarse casi por completo en el siguiente, siempre que la situación se normalice.

Aunque podría haber un aumento temporal en la tasa de desempleo, el impacto sobre otros indicadores laborales sería limitado, dado que esos despidos inicialmente se contabilizan como “temporales”. Por eso, el efecto sobre el crecimiento y el empleo no debería alterar significativamente la política monetaria de la Fed, siempre que el cierre no se extienda.

No obstante, desde UBS recordaron que durante el cierre los informes del Departamento de Trabajo y otros organismos, que incluyen datos cruciales sobre inflación y empleo, se suspenderían. Esta falta de información podría complicar el análisis de la evolución económica, justo antes de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) a finales de octubre, un momento clave para evaluar el impacto de los aranceles.

Botão Voltar ao topo